"Viéndose en sueños", Egon Schiele
Desde hace un año y medio vivo un sueño recurrente. Los ojos de una pareja de palomas que iban incluidas por el mismo precio con el piso, garaje y el árbol donde tienen instalado su nidito de amor, frente a la ventana de mi habitación, me desgarran de mi entorno desde su elevada perspectiva utilizándome como vehículo de su emoción erótica. En mi sueño su mirada me sueña desprovista de cualquier detalle a mi alrededor acerca de la luz, la hora del día. Lo único cierto soy yo, sólo hasta las rodillas. Todo lo demás es manejable por el creador.
Sueño que miran cómo las miro mientras me miran. Nuestras miradas enmarcadas por mis dos pechos apuntando en su dirección, focalizadas entre mis pezones, ingrávidos, flotantes. Desde su privilegiada posición escuchan mi cuerpo cumpliendo los sueños de tu voz-en-"off". Desde su privilegiada posición saborean el regalo que te muestro a través de los hilos. Desde su privilegiada posición escuchan tus gemidos en "off". Desde mi privilegiada posición escucho sus arrullos, también en "off".
12 comentarios:
El jovencísimo Egon Schiele tenía sin duda una peculiar visión del cuerpo de la mujer y del hombre. Hay algunos de sus retratos que me gustan, aunque realmente no sé porqué. Probablemente, como me sucede con tantas otras manifestaciones artísticas, porque su contemplación produce algo en mi interior que no sé explicar, pero que indudablemente afecta a mis sentidos.
Este cuadro no es una excepción, si bien hay algo en él que francamente me incomoda, pero tampoco sé muy bien porqué...Aventuremos:
- Porque veo una chistera. Si, si, no se lo tome a pitorreo. Invariablemente, lo primero que se me viene a la cabeza al mirarlo de frente, es que la mujer lleva una chistera en la cabeza. Eso no es ni bueno ni malo, pero me da pánico pensar qué podría pensar mi terapeuta si supiese que más allá de semejante ofrecimiento a un voyeur como yo, esa señorita me lleva de la mano a la imagen de la chistera de Fred Astaire...
- Porque en mis sueños, en ocasiones, yo, que soy un señor muy serio, me veo de barbero...(sobran, creo, las aclaraciones...).
- A causa de la imagen de la esposa de Vilhelm Hammershøi (http://www.royalacademy.org.uk/exhibitions/hammershoi/), que no me puedo quitar de la cabeza si pienso en el acto mismo de la composición pictórica; en la soledad del pintor frente al modelo del que ha de extraer la que cree ser su esencia, para plasmarla en el lienzo. Imagino a Vilhelm envuelto en el silencio, a su esposa quieta, inmóvil, raramente de frente, y me siento extrañamente cómodo, como si fuese capaz de arrancar desde ese punto una narración completa, como el tercer hombre de algunos de los cuadros de Jack Vettriano, el testigo mudo que, más tarde, dará vida a otras vidas... Por el contrario, hay algo en la teórica escena de la modelo de Schiele (si es que la hubo, pero apostaría a que sí), que no causa en mi ese efecto... Tal vez porque me ha atrapado la magia del silencio y, francamente, yo, de haber sido Schiele, tendría que haber huído del mismo y, entre trago y trago, jamás habría acabado ese retrato en el lienzo (creo que usted se hará una idea del porqué si, además, le digo que me encantan los pinceles finísimos y aquellos versos de Valente:
"Luego del despertar
y mientras aún estabas
en las lindes del día
yo escribía palabras
sobre todo tu cuerpo").
Oiga, además...ahora que lo pienso, la descripción que hace del punto de vista desde el que contempla a esas palomas, como una cámara subjetiva que grabase la imagen más allá del marco de sus rodillas, me ha recordado una foto que vi hace poco. Le dejo el enlace del fotógrafo por si quiere husmear...(si, ya sé, ya sé, los hombres siempre pensamos en eso...entre nuestras rodillas...http://www.peterfranck.de/page12/files/page12-1049-full.html
En fin, que en cualquier caso ha sido un placer pasar por aquí, y haber mirado dentro. Siga usted así, por Dios...
Egon Schiele, Sr. Barbero, suele producir ese efecto de incomodidad por el carácter de provocación que tienen sus obras, en constante disonancia con la idea que tenemos de lo que debe ser hermoso y equilibrado y buscando efectos de choque, no dudando en mostrar aspectos "feos" de la realidad corporal, lo que se acentúa mucho más con el estilo expresionista. Desde luego pasar del aparentemente silente equilibrio y serenidad de las pinturas de Hammershoi a las agresivas y sexuales muñecas de Schiele puede ser muy chocante.
¿Tiene miedo de lo que se pueda sacar de la chistera esa señorita? Precisamente eso es lo que me gusta de los cuadros de Schiele, no hay un contexto ni entorno definido, las modelos son como marionetas que el pintor y el observador transforman a su antojo. Como en los sueños pueden aparecer diversos episodios relacionados, irreales y excitantes al mismo tiempo.
Por qué no se arriesga, y mira dentro. Conviértase en mago y dirija a su capricho a la damisela, como mi voz en "off" hace conmigo en mi sueño. Saque de esa chistera los aparejos necesarios para un perfecto rasuramiento y póngase manos a la obra (si le alivia conozco varios señores, también muy serios, que sueñan con ser algún día barberos púbicos).
Y termine el retrato como mejor le venga, con palabras de dulce chocolate pintadas donde usted elija, con pinceles del grosor que guste.
Sueñe, déjese llevar, salga de vez en cuando de la aparente tranquilidad que da el silencio y monotonía de lo cotidiano, le aseguro que después de sacar todo un repertorio de cosas inverosímiles de su chistera se sentirá maravillosamente relajado.
He musmeado por ahí (esto me encanta) tras la mencionada foto. No va descaminado aunque mis puntos de referencia no son tan peludos.
Puede entrar en mis sueños cuando quiera y mirar. Nací para ser mirada y ad-mirada (pero no se me ponga muy serio que luego me da la risa).
Besos silenciosos.
Fue la casualidad...como decía una canción, la que me llevó sin solución de continuidad de las obras de uno a las de otro, lo que probablemente explica mi desasosiego... No me incomodan los cuerpos que pinta ese señor, ni el expresionismo, ni siquiera algunos del feísmo más recalcitrante. Fue otra cosa, una sensación que asocio más a un entorno imaginario que al real...porque en definitiva usted hablaba de sueños... Es decir, que no. Que aunque me provoca, este cuadro...no. Aunque lo que dice de las marionetas...me parece bastante acertado, y desde luego le confieso que me encanta afeitar casi todo menos mi carota...
Por cierto, insisto en que los pinceles me gustan muy finos para determinados menesteres. Nunca he sido muy de brocha gorda, porque francamente, para pintar de esa forma yo preferiría convertir mis propias manos en instrumento...
De las chisteras mejor no hablar, lo dejo correr, porque lo cierto es que aún hoy sigo dándole vueltas a esa reacción que tuve. Si al menos hubiera pensado en Marlene Dietrich en lugar de Fred Astaire...
Últimamente he estado observando una pareja de aves del parque. Cada dos por tres salen paralelas, disparadas en alocado vuelo y se detienen cerca de algún nido ajeno a escuchar el piar de los polluelos.
Ahí se miran interrogantes (últimamente hay cierta desconfianza en la mirada de ella), miran aquí y allá, y arrancan de nuevo en vuelo hacia su nido, donde vuelven a copular con un frenesí últimamente atenuado, ignorantes de la libertad de su amor.
Besos cautivos
Mis palomas pasan prácticamente todo el año en un árbol que hay pegadito a mi ventana. Nos observamos mutuamente, nuestras idas y venidas. A veces desaparece una de las dos, pero siempre vuelven. Y se dan piquitos, y copulan, también con frenesí, vuelven a desaparecer cada una por su sitio, pero siempre regresan.
¿cuál crees que será el motivo por el que tu pajarita empieza a desconfiar? Empezar a preguntarse o esperar cosas es el comienzo del fin. Para que un amor funcione hay que estar distraido.
Desde hace ya tiempo y a intervalos, mis palomas me ven triste, lo notan en mi sentido del humor. Quizá porque no estoy lo suficientemente distraida, quizá porque necesito desesperadamente un abrazo de alguien que comparta la misma rama cuando volvamos de nuestros vuelos por otros lares.
Besos de una soñadora empedernida. Sé que tú también sabes soñar, quizá algún día nos encontremos en alguno de esos sueños.
Bueno, mis dos pasiones: pezones y palomas..
¿Me permite que me dé una vuelta por aquí?
Por supuesto que puede pasearse por mi reino cuando le apetezca, Martin.
Yo también tengo una gran predilección por estas aves. Llevan tantos años al pie de mi ventana que les he cogido un gran cariño. Ellas saben todo de mí y yo todo de ellas.
En cuanto a los pezones, fui una gran adicta-devoradora de los de la Reina Madre, hace ya unas cuantas décadas, hasta que ella cerró el grifo y descubrí el jamón de jabugo y los boquerones en vinagre.
Saludo de bienvenida
ja ja ja ja. Qué destete, princesa, vaya lujo :)))
Es verdad, princesa, ¿se tratará al final de estar distraído?
Nada de off, todo en on.
"todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar"
Qué triste este fragmento de Machado. Acerca de todo eso estoy reflexionando. Tal vez tus palomas sean más inteligentes que los humanos.
Muchísimos besos alados.
Zalakain, mis palabras en tu blog se perdieron en la caja de comentarios. Al parecer no pertenezco al equipo de comentaristas permitido. Supongo que tus razones tendrás para elegir esa soledad.
Disfruta de tu Sofía sin límites. Yo tengo a mi Niña-Ángela, que me pierde.
Besos
Leí tus reflexiones, George. No sé qué decirte, no puedo desvelarte nada, no estoy en el momento adecuado. Me encuentro en una situación parecida, voy de una fase a otra y no me centro en nada. No entiendo qué hago en este mundo, no entiendo por qué tengo que seguir, estoy cansada pero al mismo tiempo hay algo dentro que no deja de rumiar, que no se resigna, aunque cada vez esta señal es más débil. Voy dando palos de ciego y cada vez me decepciono y me rindo más rápido.
Como ves con estos ánimos mejor que no diga mucho más.
Te tengo mucho cariño, mi querido George, por si te sirve de algo.
Beso fuerte.
princesa adorada; había estado jugando en el panel de configuración y me olvidé la llave dentro. Pero tu comentario, aquí, me sabe aún más a ti. Mmmm.
Publicar un comentario