lunes, 25 de diciembre de 2006

FEELING

La satisfacción, Gustav Klimt


- Me caes bien, Princesa, y sólo por una cosa ¿sabes cuál?


.....porque veo a mi amigo muy feliz contigo.


Mi pecho se hincha como el de un pavo real, siento que me ruborizo. Los dos dirigimos la mirada hacia su amigo y le contemplamos en su felicidad, que le sale a borbotones por la punta de sus dedos que me atraen como un imán en una necesidad incontrolable de rozarlos. Siento que, sin traspasar un momento los límites que marcan nuestros asientos a una distancia infinita para mí, nos enzarzamos en una pasional danza visual. Siento que me deslío en una sobreabundancia de deseos, siento que somos uno.


Siento que le amo.


Feeling good, Nina Simone

sábado, 16 de diciembre de 2006

NO ME ARREPIENTO DE NADA



Desde la mujer que soy, a veces me da por contemplar aquellas que pude haber sido; las mujeres primorosas, hacendosas, buenas esposas, dechado de virtudes, que deseara mi madre. No sé por qué la vida entera he pasado rebelándome contra ellas.

Odio sus amenazas en mi cuerpo. La culpa que sus vidas impecables, por extraño maleficio, me inspiran. Reniego de sus buenos oficios; de los llantos a escondidas del esposo, del pudor de su desnudez bajo la planchada y almidonada ropa interior. Estas mujeres, sin embargo, me miran desde el interior de los espejos, levantan su dedo acusador y, a veces, cedo a sus miradas de reproche y quiero ganarme la aceptación universal, ser la "niña buena", la "mujer decente", la Gioconda irreprochable. Sacarme diez en conducta con el partido, el estado, las amistades, mi familia, mis hijos y todos los demás seres, que abundantes pueblan este mundo nuestro. En esta contradicción inevitable entre lo que debió haber sido y lo que es, he librado numerosas batallas mortales, batallas a mordiscos de ellas contra mí -ellas habitando en mí queriendo ser yo misma- transgrediendo maternos mandamientos, desgarro dolorida y a trompicones a las mujeres internas que, desde la infancia, me retuercen los ojos porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable, que se enamora como alma en pena de causas justas, hombres hermosos y palabras juguetonas. Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada, e hice el amor sobre escritorios -en horas de oficina- y rompí lazos inviolables y me atreví a gozar el cuerpo sano y sinuoso con que los genes de todos mis ancestros me dotaron. No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones. No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf. Pero en los pozos oscuros en que me hundo, cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos, siento las lágrimas pujando, veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo, blandiendo condenas contra mi felicidad. Impertérritas niñas buenas me circundan y danzan sus canciones infantiles contra mí, contra esta mujer hecha y derecha, plena. Esta mujer de pechos en pecho y caderas anchas que, por mi madre y contra ella, me gusta ser.



P.D. He decidido dejaros aquí un video
que me sugiere Almach, que me parece muy acertado con la personalidad de esta vuestra Princesa del Vértigo.

sábado, 9 de diciembre de 2006

TANGO VAINILLA


Artango - Verano Porteño (Nélida y Jorge)



Bailarines entrelazados en un amplio salón de baile, unidos los rostros por las mejillas, impasibles sus semblantes. Con una sensualidad desbordante, son conscientes de algo trágico en el ambiente. Finísimos tacones de vértigo, multicolores, exultantes ante las aberturas interminables y los entreveros de piernas, deslizándose con elegancia por la pista. Las parejas danzaban a ritmo de la pasión del tango, en una soterrada lucha entre los estilos más clásicos de Pugliese y las tendencias innovadoras de Piazzola , la popular milonga y el etéreo valsecito o vals criollo.



Mi querida Reina Mora y esta Princesa del vértigo habíamos sido invitadas a una milonga en una de las salas de baile más típicas de Madrid. Abandonados los cimbreantes pañuelos de monedas cantarinas y los cueros, en mi caso, hicimos nuestra entrada convertidas en auténticas milonguitas.



Nélida y Jorge eran los anfitriones de la popular fiesta porteña. La Reina Mora lleva un tiempo aprendiendo con ellos el cadencioso caminar del tango. Yo los conocí hace muchísimos años, en una época en la que estuve a punto de renunciar a todo mi reino para dedicarme a esta profesión tan denostada en mi entorno, el oscuro mundo del baile. Ahora me dedico a disfrutarlo para mí, porque no podría vivir sin ello ya que está en mi esencia.



En un espacio de oscura intimidad, acomodamiento rojo-pasión, algo decadente, localizamos un grupo de gauchos entre los que destacaba un temerario-y-orgulloso-compadrito. Estos primitivos bailarines movían sus extremidades inferiores sin levantarlas del suelo, casi siempre hacia delante, en un continuo y voluptuoso enredo y desenredo con las de su acompañante, unidos en un contenido e inamovible abrazo. Diríase que sólo de mitad para abajo estaban vivos, mientras que la parte superior la mantenían en un apasionado y onírico letargo.



Siguiendo las reglas de protocolo y relaciones sociales entre especimenes de sexos diversos en estas fiestas milongueras, arte en el que la Reina Mora y yo destacamos ya que fuimos convenientemente adiestradas para ello desde nuestra real-cuna, nos dirigimos hacia los gauchitos pasando por delante sin dirigirles una sola mirada, situándonos estratégicamente en la mesa de al lado. Paseamos la vista por toda la sala, sin demostrar ningún tipo de interés por una escena en concreto, rápido pero significativo recorrido visual que incluía su espacio, por supuesto. Como corresponde a alguien que se precie de ser un orgulloso-compadrito, ellos invitaron a bailar a otras milonguitas. Es entonces, cuando se dirigen hacia la pista con sus acompañantes, cuando aprovechan a hacer el clásico “cabeceo” (movimiento único en su especie) con el que una sola vez (no más) te indican con una inexpresiva mirada dónde está la pista por si te interesa aceptar el próximo tango. Nosotras, siguiendo las normas milongueras, les dirigimos una mirada breve pero certera, derecha a alimentar su vanidad. Sólo quedaba esperar.



Aquel compadrito de movimiento canyengue en sus caderas, también llamado caminar arrabalero, se acercó y esperó. Habiendo dado ya mi aprobación, me limité a situarme delante de él esperando su abrazo. Él notó mi embarazo, ya que realmente yo no había bailado tango más que en dos ocasiones, pero en un arranque de galantería porteña intentó hacer que me sintiera cómoda y relajada, chamuyándome con su hablar lunfardo.



- Chsssss….tranquila, mi poyerita, para aprender a caminar sólo tenés que poner el corazón, aquí junto al mío, y cerrar los ojos. No necesitás nada más.



- Pues dale, macanudo.




Aquello para mí fue sencillo, porque soy muy de poner el corazón en todo, y lo hice, y cerré los ojos, me abandoné a su penetrante aroma a vainilla en un etéreo y contenido abrazo….y CAMINÉ, siempre hacia delante con firmeza y confianza. De a poco, nos deteníamos llenándonos de silencios, en una trágica y pasional espera, expresando lo inexpresable, volviendo de nuevo con la música después de ese mudo interludio, porque como dijo una vez Aldoux Huxley, “después del silencio lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música”. Así caminé durante toda la noche con casi todos los gauchitos y compadritos asistentes a la milonga, abrazada y abandonada, poniendo mi corazón en ello, feliz. Feliz recordando entre esos tangueros-vainilla tu olor a leche merengada, tu afición de facultad por el tango y el corazón que le ponemos a nuestra danza amorosa cuando estamos juntos.



"Mamá, yo quiero un novio que sea
milonguero, guapo y compadrón. Que no se ponga gomina ni fume tabaco
inglés que pa´ hablar con una mina sepa chamuyo al revés. Mamá, si
encuentro a ese novio juro que me pianto aunque te enojés.
Ayer un mozo
elegante con pinta de distinguido, demostrando ser constante desde el taller me
ha seguido. Más cuando estuvo a mi lado me habló como un caramelo del sol, la
luna y el cielo y lo pianté con razón.
Mamá, yo quiero un novio que al
bailar se arrugue como un bandoneón . Mamá, yo quiero un novio que sea
milonguero, guapo y compadrón. De los de gacho ladeado, trencilla en el
pantalón; que no sea un almidonado con perfil de medallón.
Yo
quiero un hombre copero de los del tiempo del jopo que al truco conteste
“quiero” y en toda banca va al copo. Tanto me da que sea un pato, que si mi
novio precisa, yo empeño hasta la camisa y si eso es poco, el
colchón".



miércoles, 29 de noviembre de 2006

EL ARTE DE COLOREAR TEMPORAS TAURINAS



Dada la vena artística que últimamente merodea por estos reinos, y a petición de nuestro egregio amiguito (como diría Falinda) Johnny Ingle en el anterior post, he decidido proponer un ejercicio para que todos podáis desarrollar vuestra creatividad, cada cual a su libre albedrío.

Consiste en redecorar estas mis nalgas, rebautizadas por Johnny como témporas (término mucho más espiritual), que quedaron de esta guisa en aquel encuentro artístico-contemporáneo con mi torero-banderillero.

Queda terminantemente prohibido (uy, como me gusta esta palabra):

  • Dirigir miradas lascivas hacia las susodichas. Todo debe hacerse con ojo crítico de artista.
  • Añadir objetos, miembros hostiles o adminísculos agresivos dentro o fuera del área a tratar.
  • Utilizar mis posaderas para hacer cualquier tipo de propaganda subversiva.
Podéis utilizar toda la paleta de colores, texturas, olores (a ver esto quién es el/la guapo/a que lo consigue, para ese/a el premio especial). Nüsh, cariño, sólo te pido que el torito bravo lo dejes, si puede ser, a modo de pepita. Es el único recuerdo que guardo de aquel maestro de la suerte de banderillas.

Y bien, el concurso queda abierto. Libérense...

sábado, 25 de noviembre de 2006

ENTRE LUCES Y SOMBRAS


" San Francisco", fotografía de Javier Campano


En ocasiones siento que el tedio y la monotonía de la vida cotidiana me roban energía y esa armonía que tan necesaria considero para que haya un equilibrio entre las cosas que nos desagradan y las que nos complacen. Por este motivo, hace tiempo que decidí invertir en cosas y experiencias que me produzcan placer, en sensaciones, emociones, búsqueda de la belleza... Siempre con coherencia y respeto, por supuesto.

Uno de mis sitios preferidos para buscar sensaciones placenteras y estimulantes son los museos. A través del arte se produce una catarsis de toda tu vida.

Hace un tiempo, tuve un novio torero-banderillero. Este especimen tipical-spanish, que estuvo lidiando en esta plaza dos temporadas, llevaba el arte en sus venas. Gustaba de experimentar todo tipo de vivencias sensoriales, pero en especial las visuales. En una ocasión fuimos a ver la exposición de fotografía de Javier Campano, en el Museo Reina Sofía. El arte contemporáneo ofrece la posibilidad de transformar el espacio y convertir al visitante en parte de la obra y, al igual que la fotografía de Campano, un museo está repleto de luces y sombras, distribuciones geométricas, espacios donde no hay nada, objetos sacados de contexto. El mundo por el que pasea el visitante está lleno de serenidad, luz y color, pero existe otro mundo paralelo a éste en los accesos restringidos al público. Un mundo en blanco y negro, dividido en luces y sombras, casi fantasmagórico e impregnado de inquietud debido en gran parte a ese carácter prohibido.

La exposición estaba en la tercera planta, así que nos dirigimos hacia el ascensor. La fila que había era impresionante. Mi torero-banderillero, de culito inquieto y prieto, empezó a ponerse nervioso por lo que se me ocurrió que podíamos probar a subir por las escaleras. Pero por más que buscamos, no encontrábamos la forma de acceder por un sitio permitido para ello, así que no tuvimos otra opción que saltarnos las normas y nos aventuramos a través de una enorme puerta de madera junto a la que había una señal de prohibido el paso. Estábamos de enhorabuena, aquella puerta conducía a una escalera por la que empezamos a subir. Sin embargo, al llegar a la tercera planta, la puerta de acceso al mundo permitido estaba cerrada. De pronto, esa circunstancia hizo saltar el resorte. Estábamos atrapados, al otro lado los visitantes paseaban ajenos a lo que ocurría detrás de esos muros. Ni siquiera lo pensamos, refugiados en la protección que nos brindaban las distintas señales restrictivas y las sombras de uno de los rincones de la escalera empezamos a gozar el uno del otro. Entonces, de la nada, surgió ese objeto que faltaba en la parte iluminada de la fotografía, una dulce-ancianita-de-pelo-blanco que con la valiente y retadora inconsciencia que le daba su veterana condición se había aventurado por aquellos parajes.

A diferencia del torero-banderillero que, acostumbrado a estar en ese estado de constante vigilancia y control de todo lo que le rodea, intuye rápidamente cualquier peligro, he de reconocer que yo en esto del acto sexual me ciego completamente, no existe nada más a mi alrededor que nuestros dos cuerpos. Quizás influya también mi creencia en que no puede pasar nada desagradable en cualquier manifestación sexual consensuada y que si en algún momento aparece un testigo involuntario, el propio pudor del que no ha sido invitado a la fiesta, le hará no decir nada.

En esta ocasión se cumplieron mis teorías, ya que sin más la dulce-ancianita se dio media vuelta en su espacio iluminado y nos dejó tranquilos envueltos en las sombras. Sin embargo, aquel desafortunado incidente hizo que el torerito no pasara del tercio de varas, sin llegar a colocar los dos pares de banderillas reglamentarios.

Volvimos al mundo permitido del museo. Todo seguía igual incluso la enorme fila para coger el ascensor, que esta vez esperamos con paciencia. Entramos hasta el fondo, contra la pared de cristal, con una multitud envarada por la cercanía de tantos cuerpos extraños. Es curioso, pero esta situación de estar rodeada de gente mirando al techo y que no sabe como ponerse para no rozarse con el que tiene al lado, me excita sobremanera. Supongo que me siento protegida por esa huída voluntaria de cualquier sensación que experimentan todos los presentes. Yo en cambio me hundo mucho más en ese paraíso de los sentidos. Sentí en mis glúteos, despojados en parte de mis prendas íntimas por las expertas manos del "maestro", el frío cristal transparente que dejaba a la vista de los viandantes aquella jauría contenida por el recinto cerrado del ascensor. Aquella exhibición de mis interioridades, resguardada como estaba por las barreras que ponían las paredes de cristal y la distancia entre el suelo y el ascensor, junto al contraste del frío material con el del calor que sentía a través del ceñido pantalón de aquel "figura", me hicieron sentir en el séptimo cielo. Momento breve pero intenso. Salimos como pudimos de allí pudiendo por fin contemplar la magnífica obra de Campano.

Aquel día conseguí llenarme de sensaciones placenteras y belleza suficientes para poder sobrellevar durante una larga temporada mi monótona vida.

domingo, 19 de noviembre de 2006

SEDA

Die Tänzarin, de Gustav Klimt

Silencios, gestos simbólicos, deseo y pasión condenados al imposible, abandono al destino asumido como se asume la realidad, certeza de la propia suerte.

"Mil veces buscó los ojos de ella y mil veces ella encontró los suyos. Era una especie de triste danza, secreta e imposible."

"Antes de salir de la habitación, miró una última vez hacia ella. Le estaba mirando, con ojos completamente mudos, a una distancia de siglos"

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"Tal vez sea que la vida a veces da tales vueltas que no queda absolutamente nada que decir"

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-¿qué son?
- Es una pajarera
- ¿Una pajarera?
- Sí
- ¿Y para qué sirve?
- Se llenan de pájaros, todos los que se pueda, y después, un día en el que suceda algo feliz, se abren sus puertas de par en par y se mira cómo vuelan libres.

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"Lo dijo despacio, con fatiga, porque nunca había creído que la verdad sirviera para nada"

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"Morir de nostalgia por algo que no vivirás nunca"

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"De vez en cuando, en los días de viento, bajaba hasta el lago y pasaba horas mirándolo, puesto que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida"

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"Puesto que la desesperación era un exceso que no le pertenecía, se volvió hacia lo que había quedado de su vida y empezó de nuevo a ocuparse de ello, con la inquebrantable tenacidad de un jardinero en su trabajo la mañana siguiente a una tempestad"

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- ¿Cómo es el fin del mundo?- le preguntaron
- Invisible

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"Era, por otra parte, uno de esos hombres a los que les gusta asistir a su propia vida, considerando impropia cualquier ambición de vivirla"


Seda, de Alessandro Baricco, es un relato bellísimo, sencillo, hecho para ser contemplado como si de un cuadro se tratara, más que para ser leído.

domingo, 12 de noviembre de 2006

SU BOCA

Birthday, de Marc Chagal

"Todos se despertaron con azúcar en sus labios, pero sólo se dieron cuenta aquellos que se besaron"


Todo a mi alrededor es dulce desde que probé su boca... estoy entre nubes de algodón, de color rosa, como el de las ferias. He cambiado mi castillo por una casita de chocolate, salpicada de anisitos de todos los colores, con un barquillo de chocolate por chimenea. En mi jardín crecen enormes piruletas de fresa, naranja y limón, de las que cuelgan unas hermosas manzanas caramelizadas. Rodeada de luz y color, como el parque donde saboreé por primera vez sus labios de fresa, con sabor a leche merengada aderezada con su aroma de canela.

Nada sabe tan dulce como su boca, de Víctor Manuel

domingo, 5 de noviembre de 2006

CELOS

Interior Summer, de Edward Hopper

Las lágrimas recorren mis mejillas. Lentas, distantes entre una y otra. El corazón se me encoge, me duele. Sin embargo no estoy triste, es algo diferente. Lo pienso y me parece terrible. Llevo todo el día malhumorada, airada, necesito sacarlo fuera pero me cuesta tanto reconocerlo. En realidad no sé si es vergüenza o asombro lo que siento al descubrir el motivo de mi estado de ánimo. Supongo que las dos cosas.

He estado leyendo por aquí y por allá cosas sueltas, sin muchas ganas, retrasando el momento, no sé por qué, de llegar a su espacio. El caso es que ya lo leí ayer, pero cuando empecé a sentir esta sensación me fui. No sabía qué decir. Bueno, sí lo sabía, pero no quería hacer público lo que realmente sentía ¡Me parecía tan absurdo y tan sin sentido!

Nunca me ha gustado quedarme con cosas que me hacen sentir mal así que, como siempre, decidí hurgar en la llaga y llegar hasta el fondo. Abrí la página y releí. Reaparece ese sentimiento….son ¡CELOS! Celos de todas las personas de las que habla, a las que ama, con las que comparte sensaciones, a las que desea. No lo entiendo, no le conozco más que por lo que escribe, no hay ningún tipo de atracción física, pero desearía infinitamente ser yo por la que sintiese y con quien compartiese todos esos sentimientos. Hasta que me doy cuenta de que no es él concretamente lo que deseo sino esa situación, ser para alguien algo así, alguien que estuviese en mi vida de esa manera, con su sensibilidad, su capacidad de amar.

Estos días son de esos en los que más que nunca, sin saber especialmente por qué, necesito alguien a mi lado, alguien real. Así que he decidido evitar durante un tiempo (supongo que no mucho más de un día) leer nada romántico, ni nada parecido a un mundo feliz lleno de amor. Me dedicaré a repasar las majaderías de nuestros políticos, que a fuerza de repetirlas ya no hacen mella en mi ánimo y no corro peligro de enfadarme lo más mínimo. En este tema ya ni siento ni padezco. Espero que no me pase igual con el amor y el sexo.

viernes, 3 de noviembre de 2006

LA NIÑA ÁNGELA ADVIERTE....


.... PORTAOS BIEN CON MI MAMÁ.
OS ESTARÉ VIGILANDO

jueves, 2 de noviembre de 2006

DÍA DE DIFUNTOS



Ayer fue un día muy ajetreado. Todos los primeros de noviembre tenemos la costumbre de abrir las puertas del castillo a todo ser que desee visitarnos. Las estancias están abarrotadas, especialmente los pasillos, lugares predilectos de mi Niña Ángela para recibir a los visitantes. Esta costumbre viene de varias generaciones atrás porque, según cuenta la leyenda, las hembras de mi familia nacemos con unos atributos físicos y psíquicos paranormales, transmitidos de madres a hijas, lo que hace que atraigamos toda clase de espíritus traviesos y viajeros que deambulan a nuestro alrededor como Pedro-por-su-casa. A la Niña Ángela le costó un poco acostumbrarse a ver pasear por los pasillos a todos esos niños tan paliditos con el pelo engominado y la raya en medio o las niñitas con tirabuzones rubios de piel transparente que se la quedaban mirando con ese muñeco sin ojos entre sus brazos. Con el tiempo aprendió que ese era su sino y con gran clarividencia supo sacar partido de su don aceptándolos como si fueran de la familia.

En este día grande todo está dispuesto con sumo cuidado para la gran fiesta en la que nos preparamos para el letargo del invierno, época en la que entramos en una muerte aparente, tiempo de penuria, oscuridad y frío. Las estancias se adornan con cientos de ramilletes de crisantemos pintados con todos los colores del arcoiris, lo que al menos nos alegra el día a nosotras porque los invitados suelen ser bastante serios y tienen cara de amargados. Se hacen las más de 100 camas de las que disponemos dejando una esquina levantada con el fin de que puedan acostarse y descansar en paz esa noche. Para que no se pierdan, el camino hacia el castillo está señalizado con lucecitas especiales que arden flotando sobre una capa de aceite lo que sirven también para señalar a las almas el camino de vuelta hacia su fría-casa-de-piedra. Estos seres, también llamados espíritus, le echan mucho morro y si no les limpias bien sus mármoles y piedras de acceso a su vivienda son capaces de quedarse todo el año contigo.

Desde el día 1 de noviembre hasta el mediodía del día siguiente deambulan por todas las torres y habitaciones de mi castillo y nosotras nos dedicamos a charlar con ellos de cosas super-importantes del más allá y del más acá. Mi ex-rey-consorte, que por su varonil condición ni siente ni padece, se dedica mientras tanto a atiborrarse con los huesitos de estos santos, manjar denominado huesos-de-santo, valga la redundancia. También suelo preparar para la ocasión buñuelos de viento que son muy facilitos de hacer porque, como su nombre indica, sólo hay que inflar una bolita de harina con aire-impregnado-en-crema. Claro que luego vienen los problemáticos gases, pero eso no nos preocupa demasiado, ya sabéis por posts anteriores que mi médico es especialista en este mal.

Entre todos estos aparecidos no podían faltar esos remedos de Don Juan Tenorio, de Zorrilla, que me rondaron en su día y que derechos partieron hacia un mundo mejor. Me doy cuenta que en el fondo nada cambia, aquí o más allá, la escenita es la misma. En un pis-pas convierten en un panteón mi lindo palacio-de-cristal.

D. Juan.-

Años ha
que falto de España ya,
y me chocó el ver al paso,
cuando a esas verjas llegué,
que encontraba este recinto
enteramente distinto
de cuando yo lo dejé.


Escultor.-

Yo lo creo; como que esto
era entonces un palacio,
y hoy es panteón el espacio
donde aquél estuvo puesto.

......................

Escultor.-

Pues habitó esta ciudad
y este palacio heredado,
un varón muy estimado
por su noble calidad.

D. Juan.-

D. diego Tenorio.

Escultor.-

El mismo.
Tuvo un hijo este Don Diego
peor mil veces que el fuego,
un aborto del abismo.
Un mozo sangriento y cruel,
que con tierra y cielo en guerra
dicen que nada en la tierra
fue respetado por él.
Quimerista, seductor
y jugador con ventura,
no hubo para él segura
vida, ni hacienda, ni honor.
Así le pinta la historia,
y si tal era, por cierto
que obró cuerdamente el muerto
para ganarse la gloria.

D. Juan.-

Pues ¿cómo obró?

Escultor.-

Dejó entera
su hacienda al que la empleara
en un panteón que asombrara
a la gente venidera.
Mas con condición, que dijo
que se enterraran en él
los que a la mano cruel
sucumbieron de su hijo.
Y mirad en derredor
los sepulcros de los más de ellos.

.......................


Vuelven con la misma historia año tras año: que si no es verdad ángel de amor, lo de la apartada orilla, la luna brillando y demás sandeces repetidas hasta la saciedad...

...Y a Dios piden con afán
que los libere sin más
de su castigo divino.
Pero si estos desalmados creen
que, cual incauta Doña Inés,
voy a arriesgar sin tino
mi alma por ellos
ya pueden irse
por donde han venido.
Ya tuve mi purgatorio en vida
por su ambición desmedida
y crueles despreciaron mi ternura
y en su torpeza y locura
siguieron con bárbaro afán.
Justo es que ahora me vengue
enviándoles por ende
a la peor de las torturas
en manos de Satanás.

JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA (risa cavernosa)

Otra cosa que me ha entretenido siempre mucho es leer los cariñosos epitafios que sus amigos y familiares tuvieron a bien poner sobre sus tumbas. Así me encontré una vez, navegando por la red, todas estas hermosuras (pardiez que se me ha quedado ese deje cantarín de los Tenorios mentados)

Y me puede la impaciencia
por saber a ciencia cierta
qué me dejarán mis deudos
cuando este mundo cruel deje
en pos de lares más buenos.

martes, 31 de octubre de 2006

DE VUELTA A TU MIRADA

Autumn in the village (Marc Chagall)

"Ahora que empecé el día
volviendo a tu mirada
y me encontraste bien
y te encontré más lindo
ahora que por fin
está bastante claro
dónde estás y dónde
estoy
sé por primera vez
que tendré fuerzas
para construir contigo
una amistad tan piola
que del vecino
territorio del amor
ese desesperado
empezarán a mirarnos
con envidia
y acabarán organizando
excursiones
para venir a preguntarnos
cómo hicimos"

Lovers go home (Mario Benedetti)


Especialmente dedicado a mi indiecito argentino con sabor a mate

jueves, 26 de octubre de 2006

CON EL CORAZÓN EN UN PUÑO (II)


Buscando inspiración para amenizar mi vida sexual y dejar que se manifieste mi lado más oscuro haciendo hueco al vicio y la perversión, me tropecé con el BDSM (Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, y Sadomasoquismo), que consiste en lo siguiente: una persona, que normalmente recibe el nombre de amo o ama, lleva las riendas del cotarro mientras la otra, llamada sumiso o sumisa, le cede todito, todito el poder.

Una vez dijo Thomas Jefferson que "el poder no cautiva a las mentes puras". ¿Y hay alguien que quiera ser puro? Y mucho menos en mi monarquía absoluta y totalitaria donde es de obligado cumplimiento el culto al poder de mi látigo.

Pero para evitar convertirme en animal de costumbres, decidí cambiar los roles y buscar alguna experiencia en la que yo fuera la sumisa. Algo que me llenara plenamente. Y haciendo un arduo trabajo de investigación encontré lo que buscaba: el fisting vaginal, qué mejor para llenarme que un puño dominador. Había oído hablar de esta práctica y del tremendo placer de sentir como una mano enterita entra en las profundos abismos de tu ser. Pero cuál sería mi sorpresa e indignación cuando al leer todo lo relativo a consejos, herramientas y técnica del fisting me doy cuenta de que eso ya me lo habían hecho. ¡Y sin mi consentimiento, ni siquiera con conocimiento de causa! Una de las reglas para una buena práctica del BDSM es que el juego se basa totalmente en el consenso, pero aquí se lo habían saltado a la torera. ¿Y dónde mejor para hacer caso omiso de lo que opina o necesita el sumiso-paciente? En un hospital, por supuesto.

Hay noches estrelladas en las que todo se te viene encima (o abajo, que es peor), no tienes nada que hacer y empiezas a sentir cosas inexplicables que te hacen sentir rara, con ganas de que te hagan algo reconfortante. Lo ideal en estas ocasiones es irte a urgencias.

En una de esas noches-festivas me cogí sin más mi bolsa de aseo y a mi ex-rey-consorte y allá que nos fuimos. Llegamos sobre las cinco de la madrugada, aquello parecía un hospital fantasma. Después de dar unas cuantas vueltas de reconocimiento encontramos a alguien con bata blanca que nos dispensó un relajado y tranquilo recibimiento.

Princesa.- Pues mire usted, señora-enfermera, que es que siento algo así como una gran laxitud en la zona de la entrepierna.

Enfermera.- ¿Física o moral?

Princesa.- Pues yo diría que ambas dos. El caso es que de repente todo se tensa en un retortijoncillo para volverse a laxar.

Enfermera.- Pues has venido al sitio adecuado, nena. En estos casos siempre es conveniente que alguien allegado a la paciente forme parte del equipo, así que si no te importa podría acompañarnos tu macho-rey-consorte como punto fuerte de a-poyamiento.

¡Qué contentos nos pusimos mi ex-rey-consorte y yo! Habíamos caído en buenas manos, por lo visto esta señora-enfermera era una experta-enfermera-profesional-de-la-cofradía-del-puño.

Para empezar es imprescindible estar muy, muy limpita, por dentro y por fuera, y muy lubricadita, así que durante más de 12 horas nos dedicamos a los necesarios juegos previos: un enema por aquí, un tocamiento por allá (un poco más abajo por favor) despacito, lentito. Masajes varios, otro enema. Oiga que me voy por la pata-abajo. Mejor, mejor, no conviene encontrarse obstáculos en el camino. Fue en el momento en que empecé a lubricar cual cataratas del Niágara cuando decidieron por fin intervenir. Por el pasillo llegó el equipo médico: Ariana, una warri-enfermera-tipo-Benny-Hill que hizo que se le erizasen los bigotes a mi ex-rey-consorte, y Berta la típica enfermera-sexy-sadie aprovisionadas de todo el material necesario para la intervención: unos guantes de goma hasta el codo, que siempre dan un toque de elegancia y contribuyen a una entrada y salida fluidas, un buen foco (se necesita ver lo que se está haciendo) y litros y litros de lubricante (cuidado con los aceites y los lubricantes a base de petróleo que pueden dañar las mucosas internas, ¡que os veo venir!). Mi ex-rey-consorte tuvo que ponerse un traje adecuado para la ocasión y llevarse consigo todas las herramientas necesarias para el a-poyamiento-correcto: una camilla provista de arneses con estribos. Daba saltitos de alegría como un niño, es que le encanta lo de jugar a los médicos (para un aquí te pillo aquí te mato sin los adecuados accesorios de bondage, os podéis apañar con unas cuantas almohadas apiladas. O mejor aún, para un aquí te pillo aquí te mato olvidaos directamente del fisting. En este caso lo más indicado es la postura "desde aquí se ve mi casa". Pero esto lo dejo para otra sesión).

Entramos en una sala en penumbra para mayor intimidad e impedir que la sumisa (osea yo) perdiera la concentración, el foco ya haría su función de ayuda espeleológica. Una vez depositada en aquel artefacto con suma delicadeza por mi ex-rey-consorte, éste me cubrió las espaldas poniendo mucho empuje en ello, mientras que las dos warri-enfermeras-sadie se encargaron de las zonas bajas. Como buena profesional, empezó acariciando mis labios y zonas aledañas a mi clítorix para ir introduciendo poco a poco primero un dedo, luego dos, tres y hasta cuatro. Mis piernas temblaban y me faltaba la respiración.

- Respira mi amor. No dejes de hacerlo. Ven hacia mí, deja que entre y te haga mía.

Entre gemido y gemido soltaba el aire con cada movimiento enérgico que hacía ella. Eso me ayudaba a relajar los músculos. Me sentía totalmente atontada. No sabía si aquello era dolor bueno o malo, porque ambos existen, sólo deseaba que entrase hasta el fondo, que llegase ya. Mi ex-rey-consorte. aferrado a mis pechos, estaba petrificado viendo como se manejaba aquella mujer abriéndose camino hacia mi interior con su puño. La excitación le dominaba, mientras yo le pedía con ansiedad que me ayudase a empujar más para facilitar la brillante llegada y salida de aquella mano que era el centro del universo en ese momento. Ella, sabiamente, alternaba cada empujón con momentos de absoluta inmovilidad largos e intensos, para disfrutar plenamente de ese momento sagrado. Mientras tanto la otra warri-enfermera no dejaba de allanar el camino con abundante lubricante, de procedencias variadas. Fue en uno de esos arrebatadores espacios de tiempo cuando percibí una expresión de camino entre el terror y la extrañeza.

- ¿Pero qué es lo que hay aquíiiiii? Parece...parece....¡una bola con un cordón totalmente enredado a su alrededor! No consigo desatarlo....

Con la mirada ordenó imperiosamente a su compañera que fuera a buscar ayuda más experta. Mientras tanto por mi cabeza pasaron miles de posibles causas: ¡virgencita-del-amor-hermoso! ¿No se me habrá olvidado sacarme las bolas chinas? Mira que me lo tiene dicho mi ex-rey-consorte, mira primero antes de meterte el tampax. Siempre he sido muy distraída y aquello parecía una especie de cajón-de-sastre. Seguro que el cordón del tampón todo hinchadito se ha enredado en las bolitas.

En esto estaba cuando regresó nuestra compañera orgiástica con una descomunal hembra de color.

- Es todo lo que he podido conseguir. Los doctores están muy ocupados haciendo una huelga. No te preocupes, lo has visto hacer muchas veces. Ánimo, tú puedes.

- Haz lo que tengas que hacer pero no me dejes asíiiii, cacho perra- le espeté a punto de desmayarme.

Y aquí entramos en la sal del BDSM. Dominar es asumir la plena responsabilidad de lo que sucede y de cuándo, dónde y a quién se domina. El lema: usad y abusad. Se trata de un marrón seguro y controlado, no hay problema. No hay que hacer nada especial, sólo torturar a tu adversario negándole lo que pida, haciendo que diga guarradas. Así que al oir mis palabras suplicantes se despertó el ansia de poder de mi ama. Sin previo aviso hundió su puño y su brazo hasta el codo. Mi cuerpo convertido totalmente en instrumento de su placer me hacía volverme loca. Dejarse dominar es un modo de darse totalmente a la pareja, de hacer que se desvanezcan la responsabilidad, la culpa y los malos rollos. Así que me dejé hacer y deshacer por aquellos brazos inmersos en mi ser. Mis gemidos se oían por todo el hospital. Nunca he sentido una sensación igual en el momento del clímax, algo totalmente desconocido e intenso que me rasgaba el alma. Junto con su brazo noté que se deslizaba parte de mí hacia el exterior. Allí, ante nuestros atónitos ojos, apareció como por ensalmo la bolita objeto de deseo: ¡mi Niña Ángela llegó cantando a pleno pulmón, descubriendo el mundo con sus ojitos azules!

Cuando vuestra sumisa llegue al clímax abrazadla siempre, el fisting puede resultar una experiencia muy intensa emocionalmente, seguida de llantos, temblores y hasta iluminaciones espirituales.

A nosotros se nos puso la carne del alma de gallina.

sábado, 21 de octubre de 2006

CON EL CORAZÓN EN UN PUÑO (I)


Oigo en las noticias que nuestro sistema sanitario es uno de los mejores del mundo, técnicamente hablando. Pero en lo que respecta a la atención al paciente debe estar a la cola. Ahí están las listas de espera, las citas urgentes para dentro de tres meses, el trato que recibes por parte de algunos facultativos en las visitas, en las que ni siquiera te miran ni te escuchan, y si lo hacen es para hacerte sentir el mayor pecador sobre la Tierra por estar enfermo o tienden a achacar tu dolencia a una obsesión maníaco-depresiva quitándose así el muerto de encima. No es así, afortunadamente, en todos los casos, pero ejemplos como el de una mujer tratada de gases cuando tenía un cáncer o el de Griselda Navarro, que fue diagnósticada durante todo su embarazo de gases, síndrome premenopaúsico y alergia, sin que a su doctora se le ocurriera hacerle una sola prueba de embarazo, me hacen recordar situaciones realmente absurdas que he visto a mi alrededor.

Hace tiempo disfruté de un dolor que subía desde la ingle hacia el abdomen. En un principio me trataron con pastillas para los gases (está claro que esto es la panacea de todos los males). Aquello no surtió efecto, al contrario, mi pierna derecha también empezaba a resentirse perdiendo movilidad y ante la molestia que le suponía al señor-médico verme allí todas las semanas, no se le ocurrió otra que decirme con una sonrisa despectiva que aquello era debido a algo que se me había metido en la cabecita, vamos que me lo estaba inventando. Ante aquel reto mantuve mi sangre fría y, mirándole fijamente a los ojos, le espeté que estaba claro que el dolor existía y no podía casi andar, así que si el problema estaba en mi cabeza me enviara inmediatamente al psicólogo.

Después de un duelo de miradas, se le ocurrió que a lo mejor podía ser algún dolor reflejo de la espalda. Yo no sé si sería eso o que el fisioterapeuta que me atendió tenía unas manos estupendas (entre otros atributos) y una sonrisa que te llegaba al alma, pero el caso es que aquella manía que tenía desapareció de repente para siempre jamás.

Podría contaros la odisea que pasé aquella vez que fui a hacerme una citología rutinaria y sin saber como, un señor-médico-octogenario-muy-bajito- con-parkinson apareció por allí y sin decir ni pío se sentó entre mis piernas y empezó a hurgar en mis intimidades, lanzando de vez en cuando toda serie de improperios, ya que por lo visto aquello que veía allí dentro no le gustaba nada, nada.

- ¡Vaya mierda! ¡esto está fatal! Aquí no hay quien encuentre nada, joder.

Después de unos cuantos minutos así, que a mi me parecieron eternos, le pregunté casi con sentimiento de culpabilidad:

- Perdone que le moleste, pero ¿tiene usted algún problema con mi coñito?

El buen señor ni se inmutó y siguió a lo suyo, pellizcando aquí y allá con saña.

Ante mi impotencia en aquella postura que no me permitía ninguna movilidad, mis ojos pidieron ayuda a la enfermera. Tuve suerte y se compadeció de mí, por lo que me explicó lo más escuetamente que pudo la situación:

- No se preocupe, simplemente le están haciendo una biopsia del tejido del cuello uterino y creo que le está resultando difícil encontrar el trozo que tiene que coger.

Os podéis imaginar lo que me pasó por la cabeza al oir aquella palabra soltada así, de sopetón. Yo sólo pensaba en BIOPSIA=CÁNCER. Pero ¿cómo? así sin avisar, si yo sólo pasaba por aquí de visita. Y encima aquella eminencia no hacía más que soltar quejas sobre el mal estado de "aquello". Se me revolvió todo el cuerpo de pensarlo y de ver aquel botecito que se iba llenando de trocitos de carne uterina que por lo visto no servían para nada porque no eran los adecuados.

- Perdone que le interrumpa de nuevo pero me estoy mareando y creo que voy a vomitar

Esto si que hizo mella en su ánimo, pobre.

- Señora, a quién se le ocurre venir a hacerse esto sin desayunar- sentenció moviendo la cabeza con condescendencia.

Y sin decir más, se levantó y se fue por donde había venido llevándose parte de mi cuello, dejándome allí destrozada, con las piernas en alto y la moral por los suelos.

Necesité media hora de reanimación y cuando me encontré un poquito mejor se me ocurrió comentarle a la enfermera que mi ginecóloga no me había dicho nada de esa prueba.

Inmediatamente se fue a por el volante para despejar mi duda. En cuanto vi su cara al leerlo se disiparon todos mis miedos a la vez que empezaba a aflorar una ira incontenible (creo que ya he comentado alguna vez algo de mi terrible ira), unas ganas horribles de coger todas las pincitas que había por allí y arrancarles la piel a tiras. Porque resulta que por un error de interpretación, en vez de citología habían entendido biopsia, algo perfectamente comprensible. Lo que salió por mi boca es irrepetible.

Viéndolo por el lado positivo, me podía ir tranquila por no tener ninguna lesión en mi precioso cuello uterino. Eso explicaba que aquel señor tan maleducado, cegato y con un tembleque considerable no acertase a ver ni a coger ni un solo trozo dañado.

Pero lo más surrealista que me ha ocurrido en un hospital fue una experiencia-orgiástica-sexual que tuve con tres enfermeras y mi ex-rey consorte. Pero esta historia la dejo para el siguiente post.

martes, 17 de octubre de 2006

TIEMPO PARA MÍ



Mistreating child abuse, de Skip James


Me gustan los días de lluvia. Quedarme en casa, escuchar las gotas sobre el cristal y volar, con la mirada perdida, inerte, soñando durante horas. Todo pasa ante mis ojos con una mirada de indiferencia, no estoy ni lejos ni cerca, lo veo desde fuera. Me siento bien, tranquila.
Y nada mejor para acompañar un día lluvioso que el jazz, con un extrarodinario poder curativo para mí. En ese momento no existe nada más, tan solo la música, yo y la verdad.

Devil got my woman, versión de Bonnie Raitt de la original de Skip James

jueves, 12 de octubre de 2006

A RITMO DE SWING (II)




The way you look tonight (Michael Bubblé)

Adormilada en el sofá, se despierta sobresaltada por una especie de explosión procedente de la pantalla del ordenador. Un sobrecito parpadea en espera de ser abierto. Duda. No sabe si le apetece. ¿Y por qué no?

La misiva procede de una de esas páginas de contactos que proliferan por internet. ¡Otro príncipe azul! Quién sabe, a lo mejor aguanta toda la noche antes de convertirse en rana.

- He escrito un guión especialmente para ti, un musical. Si te interesa, aquí estoy.

Los ojos se le abren como platos, el sueño de su vida, ser la protagonista de un musical o vedette de una revista. Pero quién, cómo, cuándo lo ha sabido. Los dedos le tiemblan sobre las teclas al contactar con el desconocido guionista. Allí está toda la información necesaria, en su ficha de datos: no casado nunca (¿y?), un año mayor que ella, horóscopo compatible con el suyo (importante), aficiones comunes, bella sonrisa (eso dice), profesión escritor-de-guiones - - - y una foto con una imagen misteriosa (de esas donde predominan las sombras, eso sí muy artística).

De repente, aparece el galán en una ventanita y le cuenta milongas: que si es un santo varón, que le ha impresionado su mirada (esto no falla), que es tan bueno que ha decidido dejar a su pareja a la que adora para que se vaya a recorrer mundo y encuentre su destino y pueda ser feliz (incluso le paga el viaje, el samaritano), que sólo quiere reir, sorprenderse. Por lo visto es verdad que escribe guiones de cine, TV, teatro y musicales.

Tiene suerte, porque a esta dama le encanta bailar milonga y tango del más melodramático. Así que sin más deciden quedar esa misma noche para ultimar los detalles de su papel en la película.

Toma primera.-

Una calle de una gran ciudad abarrotada de gente. Es de noche. Ella camina hacia la cámara, distraída. Lleva unos vaqueros ajustados con cazadora a juego, un top rosa con pedrería atado al cuello y la espalda al aire, sugerente escote, tacones de vértigo. Pasa por delante de la puerta de una cafetería donde se encuentra parado un hombre de apariencia normal, no muy alto, poco agraciado, vaqueros, camiseta blanca ajustada, pelo rubio y fino, algo desordenado, por el que empieza a clarearse el cuero cabelludo. Le sobrepasa deliberadamente, y espera un metro más allá.

La cámara se centra en estos dos personajes. El duda, y para cerciorarse se pone unas gafas de pasta, y la observa desde atrás. Ella se deja mirar, a la vez que mira por el rabillo del ojo. Los dos expresan su sorpresa (primer plano de su expresión). Los ojos de ella muy abiertos ¡no puede ser! si es....
El ceño de él un poco fruncido.

- ¿Eres tú? Esperaba una mujer así (cierra el puño con el dedo índice hacia arriba)

La cámara va de uno a otro. Ella no sabe si ofenderse. Gesto raro.

- Verás, es que estoy acostumbrado a tener mujeres anoréxicas a mi alrededor, por mi trabajo, ya sabes. En realidad el modelo que siempre me ha gustado es el de...bueno...el que tú tienes más o menos (todo esto haciendo gestos elocuentes con sus manos de formas y medidas, grandes aspavientos y trastabillando un poco).

No le cupo la menor duda, era él, el mismísimo Woody Allen (la cámara enfoca su rostro con expresión de haber visto a uno de sus directores de cine favoritos, osea, cayéndosele la baba).

(Él se percata) - Ya sé, ya sé...soy igual...y me dedico a lo mismo ja,ja.

Toma segunda.-

La cafetería de un hotel de cinco estrellas. Ambiente selecto, para nada recargado, en cálidos tonos tierra. Los protagonistas en la barra tomándose dos cervezas. Conversación en tono distendido, con toques woody-allenianos.

- Creo que eres la mujer que buscaba, quiero que me sorprendan y tú lo haces constantemente...no sé...tienes una vida diferente
- Espero que luego no la utilices para tus guiones
- Oh no, sólo escribí la autobiografía de mi primera relación...bueno y algo también de una historia que tuve con la hija de mi dentista...Si esto fuera uno de mis relatos, nosotros dos empezaríamos una relación intensa en el ascensor del hotel y nos enamoraríamos.
........
- Pareces limpia y tienes una buena dentadura...eso es importante, sabes? No podría tener una relación con una mujer que no tuviera una buena dentadura
- ¿Quieres que te traiga un informe médico?
- Oh no, no hace falta, creo que así puede valer
- ¿...?
- Lo que busco es alguien con quien reir, viajar, alguien a quien abrazar, besar, ir al teatro, cine, compartir todo tipo de diversiones.
- Eso es magnífico, eso es lo que me gustaría a mí también.
- Pero me tienes que prometer que no te enamorarás de mi
- No, por supuesto.
- Es que... no es buena idea...
- ¿Por qué?
- Porque soy un desastre. Tengo...tengo demasiadas manías. Sabes...me cuesta mucho ser fiel...me cuesta mucho...demasiadas fobias y locuras...Aunque soy monógamo
- ¿No entiendo lo de infiel con monógamo.
- Si...siempre busco el mismo tipo de mujer...es una fijación...por eso cuando me dijiste que bailabas salsa y bailes de salón...me volví loco...he pasado los últimos ocho años en la barra mirando a mi chica como bailaba con todos esos negros de atléticos cuerpos. Después me contaste que a tus parejas les sometías a la misma tortura...y bueno...lo vi tan claro...estoy destinado a ese tipo de relación.

Los dos se han ido acercando. Él tira la bebida ante la mirada cansada de la camarera. Ella se revuelve nerviosa. Es insoportable ¡pero le da tanto morbo!

- Si quieres..., si quieres podemos pasarnos por mi casa y te lees el guión. Así me cambio.
- Como quieras.

Toma tercera.-

La segunda planta de un chalet, en una especie de estudio-despacho. Hay carteles de algunas de las obras del galán, él le muestra uno de los fondos utilizado para proyectar películas, todo está lleno de libros. A ella le impresiona, son su debilidad.

Salen. La cámara les sigue. Entran en un baño. Él saca de una caja todo lo necesario: cepillo de dientes, dentífrico, gel de baño, gel específico para la zona vaginal, gorro de ducha, cortauñas, desodorante y una camiseta negra con el logotipo de una sala para ella desconocida. Desaparece de escena dejándola a solas con sus intimidades.

Toma cuarta.-

Un salón decorado con mucho gusto, mezclando elementos modernos, algunos puro estilo pop, con muebles clásicos. Cuadros bien elegidos. Ambiente no muy cargado. Siguen dominando libros y películas. Todo está iluminado por infinidad de velas, muy íntimo. Él está en el centro preparando las bebidas. De fondo Michael Bubblé.

La cámara enfoca unas escaleras que van al piso de arriba. Ella está bajando, lentamente, vestida. Él la recibe con una sonrisa encantadora. Ella empieza a bailar. Seductora, devorándole con la mirada. La cámara la sigue en toda su trayectoria. Se acerca sin tocarle, le provoca con sus movimientos sinuosos, lentos, denotando un amplio conocimiento de las técnicas del baile. Él se acerca y danzan sin llegar prácticamente a tocarse, aumentando el deseo a límites insospechados (la cámara enfoca toda la estancia, en todo el ambiente se respira ese deseo). Embriagada por su aroma, ella explora su cuello con su lengua cálida y húmeda. Se palpan centímetro a centímetro, quitándose muy lentamente la ropa. La música sigue sonando...

Some day, when I'm awfully low, When the world is cold, I will feel a glow just thinking of you And the way you look tonight.

Sus bocas apresuradas se juntan, en un beso tierno, para luego tornarse casi salvaje. La cámara les sigue hasta el sofá. Su respiración se agita. Ella titubea un instante, la mirada de él la acaricia y ella se entrega sin miedos y sin prisa, vibrando de placer al sentir su boca en sus pechos. Ambos buscan su sexo y ella deja que el de él cierre a medias su boca, entrando en sus labios y empujando su lengua, con dulce y sutil violencia.

La acaricia con ternura y pasión, tomando luego su cuerpo con gran delicadeza. Sube con ella en brazos por la escalera hasta llegar al ático.

El escenario es ahora un amplísimo dormitorio abuhardillado. Decoración minimalista. Blanco. En uno de los fondos aparatos de gimnasia. Un rincón de lectura. Más obras de arte.

La arroja sobre la cama boca abajo y susurrándole palabras de amor al oído la penetra irrumpiendo en sus húmedos rincones. La banda sonora es ahora una orquesta de gemidos. Fundidos, mezclados en sudor, sus cuerpos siguen bailando al ritmo de un estallido corporal que los eleva, derramándose y ahogándose en cascadas.

Agotados, el uno junto al otro, disfrutan de su cansancio.

Duermen.

Entra el sol por la ventana. La cámara enfoca la cama. Los dos se despiertan, bostezan, se desperezan. Suaves movimientos, caricias, sonrisas. Todo vuelve a empezar.

Toma quinta.-

El interior de un coche. Él conduce. Ella le mira, detenidamente. Él la corresponde con una mirada llena de dulzura.

- Eres muy hermosa...creo que podría llegar a amarte si no fuera porque eso no entra en mis planes.
- Lo sé y por eso no vamos a volver a vernos
- (con mirada de dolor) ¿por qué? sólo hay que controlar las emociones.
- La respuesta está en tus ojos.


Él se miró en el espejo retrovisor y comprendió.

- ¿A quién le cuentas tus penas?
- A mí misma
- Sigues siendo tan hermosa....
- (ella con una sonrisa dulce) Tú y yo lo hubiéramos pasado muy bien
- Nunca lo sabremos

Se despiden con un beso muy tierno.

La cámara la sigue mientras se aleja.

THE END

No había encontrado el amor pero había calmado la terrible ansiedad vaginal que sentía durante los últimos días. Esto era mejor que los ansiolíticos. A ver cuánto le duraba, esperaba aguantar al menos hasta el siguiente viernes.

lunes, 9 de octubre de 2006

A RITMO DE SWING (I)



Old devil moon (Jamie Cullum)

Era la segunda vez aquel día. Exhausta, temblando, intentó relajarse saboreando esa sensación de placidez, gozando de los restos de su orgasmo. Sin embargo algo faltaba. Llevaba todo el día con una sensación de "ansiedad vaginal" que no lograba calmar. Su cuerpo necesitaba más. Un olor, abrazos, caricias externas, sentir la excitación de alguien diferente.

Aquel viernes no tenía expectativas de ningún plan. Por unas cosas o por otras todos sus amigos estaban ocupados y para nada le apetecía salir sola en busca de cualquier desconocido arriesgándose a no ser satisfecha convenientemente en la mayoría de los casos. No, necesitaba alguien con unos conocimientos mínimos de su cuerpo y sus apetencias.

Por supuesto, siempre quedaba la opción de recurrir al último de sus amantes, el Sr. G., aunque no le agradaba mucho la idea. Se habían acabado aquellos juegos de seducción de los inicios, era lo que más le excitaba de él. Los últimos encuentros y llamadas (de por sí ya escasos) eran rápidos y seguidos de un tremendo vacío. No parecía tener el mismo interés. Para colmo, lo de conseguirlo en un fin de semana era algo casi imposible, de hecho no lo había logrado nunca, tenía deberes que cumplir. Decididamente desterró aquella idea.

Se metió en la ducha y dirigió el chorro de agua caliente hacia sus pechos, el vientre... y de nuevo su sexo le dió un aviso. Lentamente empezó a mover la ducha en círculos masajeando su clítorix. Sus pechos firmes, turgentes, se frotaban contra los azulejos helados. El contraste entre el frío de éstos y el calor del agua era algo enloquecedor. Mientras tanto el gel se deslizaba despacio por su aterciopelada piel. Lo extendió con la otra mano suavemente hacia sus firmes nalgas, bajando entre su abertura, lenta, experta. Sus gemidos la excitaban todavía más, todo se nubló; la vagina comenzó a abrirse y cerrarse, anunciando la llegada de un orgasmo, retorciéndose, gimiendo, cayendo por fin de rodillas entre espasmo y espasmo. Allí quedó, tendida en la bañera, con el agua corriendo, sin fuerzas ni intención de moverse, observando su cuerpo en todo su esplendor.

No podía entender qué le pasaba, hacía mucho tiempo que no sentía una necesidad sexual tan acuciante y en tantas ocasiones. Quizá se debiera a la retirada de una medicación que llevaba tomando durante casi tres años y que por lo visto inhibía bastante el apetito sexual. Fuera por lo que fuera, había que tomar una decisión inmediata. Y así lo hizo. Cual campaña de publicidad de politonos de moda, envió un SMS al Sr. G.

"Estoy ardiendo, no consigo calmar mi ansiedad sola. Necesito un pequeño servicio"

Ya estaba hecho. Ahora sólo quedaba esperar. En realidad sabía que no habría respuesta, pero de alguna manera aquello le tranquilizó.

(continuará)


Actualización: Observo que la habitual verborrea que caracteriza a los comentaristas de este reino se ha reducido a un lenguaje realmente "básico". Así que para evitar posibles trombos cerebrales, se me ha ocurrido hacer un jueguecito para entretener nuestras mentes. ¿Quién creéis, a la vista del desarrollo de los acontecimientos, que será el co-protagonista del resto de la historia?

A.- El mismísimo Woody Allen
B.- El del Círculo de Lectores, que siempre se presenta a las 10 de la noche, para joder un poco.
C.- El Sr. G
D.- Un señor de Cuenca que pasaba por allí justo en el momento en que la dama bajaba la basura
E.- Max, su perrito fiel y que nunca la decepcionaba

miércoles, 4 de octubre de 2006

PILLADA A TRAICIÓN


Un tal Hubble, burlando los servicios de contraespionaje de mi reino, ha logrado localizarme pillándome literalmente en cueros.

¿Me véis ahí? Tan divina como siempre, brillando más que el Sol.

Y no me queda otra que confirmar las sospechas de los científicos-investigadores: a mi alrededor giran constantemente unos caballeros-andantes-planetoides en períodos orbitales menores de un día ya que, por lo visto, si osasen merodear por mis dominios durante más tiempo quedarían deslumbrados por mi brillo y podrían ser destruídos. Gracias a este descubrimiento esclarecedor, han conseguido hacerme feliz y no sentirme frustrada por el hecho hasta ahora inexplicable para mí de no conseguir retenerlos mucho más de un día (qué digo, ni una hora).

lunes, 2 de octubre de 2006

ENTERRADAS EN VIDA



Banda Sonora de la película"Agua". Imprescindible oirla. Es muy hermosa. ¡Clickar ya!

Desde la protección que nos brinda la hipocresía e individualismo de nuestro mundo “civilizado” tendemos a olvidar que, todavía hoy, en muchas partes del mundo nacer mujer es una desgracia. Dramas que nos pueden parecer muy lejanos, aunque en realidad cabría preguntarse si en realidad lo están tanto. Por muy liberadas que nos sintamos hay muchas presiones, desigualdades e injusticias que siguen estando ahí impidiéndonos disfrutar y participar de esa liberación: violencia, mayor poder económico del hombre, explotación, valoración de la mujer casi siempre desde el punto de vista masculino y de la sociedad patriarcal.

Uno de los principales motivos por los que las mujeres han estado apartadas ha sido el religioso. Pero yo dudo que haya realmente dioses que desprecien a las mujeres. Creo más bien que los motivos son el egoísmo de los hombres, razones económicas y de dominación social.

Este es el caso del fundamentalismo hindú y su intolerancia hacia cualquier cosa que lo cuestione. Según la fe hindú, la mujer que se casa se convierte en la mitad de su marido. Cuando el hombre muere, la esposa tiene tres opciones: arder en la pira funeraria con su marido, casarse con el hermano menor de su esposo si su familia lo acepta o llevar una vida de pobreza y abnegación enclaustradas en un ashram (algo así como un asilo). El motivo suele ser que la familia no quiere repartir la herencia con la viuda, que es separada de los hijos, si los tiene. Esto es así desde hace 2000 años y todavía hoy se siguen dando muchos casos. Inmolar a la viuda en la pira junto a su esposo es muy raro, pero no lo es tanto matarla.

La situación de la viuda en la India no ha mejorado mucho ya que todavía hoy en día hay millones de viudas indigentes viviendo en ashrams. El caso es que la viuda hindú queda sumida en la pobreza y el desamparo. Sin familia natural ni política que las asista, tampoco puede volver a casarse, lo prohíbe la tradición hindú, aunque esta costumbre fue abolida oficialmente a finales del siglo pasado.



Lo peor de todo es que ellas mismas se resignan a su suerte. Es su karma, tienen que vivir esta vida en espera de algo mejor en la próxima. Según su costumbre no pueden tener más que un solo marido, y si él muere, es simplemente porque el karma de la esposa es malo. ¿De qué les serviría casarse otra vez si de todas formas tienen un mal karma? En los países occidentales también hay seguidores de Krisna, pero parece que a éstos no les afecta mucho lo que esté sucediendo en el país de origen de estas religiones. Después de todo si cada cual carga con su karma no es su culpa. A las viudas hindús todavía les queda la esperanza de reencarnarse en un devoto europeo o norteamericano.

Este tema se describe extraordinariamente en la película de Deepa Mehta, “Agua”. La historia transcurre en 1938, en la India colonial, época en la que Mahatma Gandhi empezó a movilizar la liberación y la independencia de la India. El tema central es la vida de un grupo de viudas en un ashram. Entonces todavía era habitual casar a las niñas con hombres mucho mayores que ellas por razones económicas. Muchas ni los llegaban a conocer. La historia se centra en una viuda de 8 años que parece cambiar la vida de las demás desde su llegada al ashram, ya que no se conforma con su suerte.


El rodaje fue muy dificultoso ya que se produjeron violentas protestas por parte de fundamentalistas.

Es una película muy emotiva que llega a conmover el corazón de quien la ve. Es imposible quedarse indiferente. Las historias son de una gran belleza y profundidad, y están contadas desde el interior de sus personajes, cada uno de ellos con diferentes esperanzas y temores. Te hacen sentir tantas cosas distintas: fe, amor, dudas, deshonor, paz, dolor y muerte. Hay imágenes muy fuertes, duras. Recibes múltiples sensaciones a través del color, el olor que a veces parece traspasar la pantalla, una excelente fotografía y la extraordinaria banda sonora.

El agua es algo permanente en la película. Los acontecimientos

se desarrollan como el agua que no cesa su discurrir que limpia y purifica como la fe, pero a su vez como ésta puede llegar a ahogar.


sábado, 30 de septiembre de 2006

SU AROMA...



.... ha invadido todo mi reino

lunes, 25 de septiembre de 2006

MASAJE A MI CORAZON


Un beso... donde encontrar la felicidad amorosa, la unión de Eros y Thánatos, lejos del mundo, sin tiempo ni lugar.

Mi corazón necesita un masaje reconfortante con aceite de besos.

martes, 19 de septiembre de 2006

CONCEPTOS BÁSICOS

Niña Ángela.- Últimamente estás más madre
Princesa.- ¿Qué quiere decir más madre?
Niña Ángela.- Pues eso...tienes la casa más colocada, la comida a tiempo, la ropa planchada.... no sé, lo que hace una madre.
Princesa.- ¿..?
......
.....
Princesa.- Y eso te gusta.....
Niña Ángela.- No sé, supongo....creí que nunca harías nada de lo que hacen las madres normales.
Princesa.- ¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿.............????!!!!!!

Creo que tendremos que replantearnos el concepto de madre... no podría soportar que me volvieran a encasillar en el papel de "madre normal" = "asistenta".

domingo, 17 de septiembre de 2006

MEMORIA HISTÓRICA

Desde hace 30 años, se celebra en Madrid, en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo, la ya mítica fiesta del PCE. Desde el mismo día en que fue legalizado en 1977, se celebra anualmente siendo ya una fecha importante en el calendario festivo madrileño.

Dado que está tan de moda desempolvar nuestra memoria histórica, era justo y necesario que tras más de 20 años de absoluto olvido por mi parte del evento de mayor envergadura que realiza este partido, que parece ser que ha quedado reducido a este acto social y a la actividad electoral, lo honrara con mi presencia y solidaridad.

En realidad la idea partió de una camarada amiga mía, una tierna Guajira-guantanamera, nacida en España pero cubana de adopción. En estas fiestas se reúnen diversos aspectos culturales y sociales, pero uno de sus grandes atractivos son las actuaciones musicales, así que decidimos que era una buena ocasión para ver unos conciertillos y tomarnos unas birritas de caseta en caseta. Este año, entre otros, actuaba
Pablo Milanés y su sola mención había activado el primero de los resortes de esa nuestra memoria histórica.
Cuando llegamos nos sentimos trasladadas por la máquina del tiempo al pasado. Una época de estudiantes en la que las canciones de Víctor Jara, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Paco Ibáñez eran nuestra bandera a seguir.
La fiesta no había perdido su carácter intergeneracional; familias completas, personas de todas las edades acudían a pasar el día. Todo seguía igual que siempre con la salvedad de que encontramos a Pablo Milanés envejecido e hinchado. Me dió la impresión de que estaba constipado. Nos decepcionamos un poco por ello (o quizá por darnos cuenta de que esos 20 años también habían pasado para nosotras). Nos deleitó con sus mejores canciones llenas de amor y poesía...y cantamos... y lloramos....
"Yolandaaaa, Yolandaaa, eternamente Yolanda.."

Yolanda, Pablo Milanés

Aquí os dejo una que nos llegó especialmente al alma, dada nuestra dondición perpetua de damas que compartimos hombre con otras seis y una coja.

La prefiero compartida,Pablo Milanés y Silvio Rodríguez

Una vez terminado el concierto nos fuimos a tomar unas cervezas. Había casetas y stands de las diferentes Comunidades Autónomas, las Juventudes Comunistas (UJCE), los partidos políticos extranjeros afines (se veían pancartas y banderas apoyando a Cuba, Bolivia y Venezuela) y organizaciones no gubernamentales (ONG´s) de solidaridad (no faltaban los habituales de apoyo a los pueblos saharaui y palestino). Nos quedamos en la de la comunidad Canaria, comiendo unas papas con mojo picón. Lo que me molesta un poco de esto es que tienes que hacer varias colas: una para enterarte de que esa es la cola para recoger la comida y que primero tienes que ir a pagar, otra para pagar ya en la fila correcta (puede que tengas que hacer otra dependiendo de si son bocadillos fríos o calientes), otra para recoger la comida y, si tienes suerte, en el mismo lote la bebida. Menos mal que la fiesta ya no es lo que era y no había mucha gente. Creo que me he vuelto demasiado burguesa.

En cada pabellón había un tipo de música diferente. Nos quedamos un rato en el Teatro viendo el ballet de Belén López, un grupo flamenco de baile, cante y percusión. Nos vino bien para reponer fuerzas y entrar en calor porque hacía ya un poco de frío. El caso es que estuvieron bastante bien.

Pero después de tanto amor y desamor, lo que nos apetecía era un poquito de "descarga". Nos unimos a la masa popular (porque lo de la masa obrera y su movimiento si que se ha quedado incluso más atrás de la memoria histórica) compuesta de jóvenes de espíritu botellón, escuálidos, blanquecinos, melenas desordenadas; y de progres maduritos con sus melenas rizadas, gafas, pantalones anchos, jerseys de cuello también ancho. Repasando el historial de mis relaciones a mí siempre me han gustado los hombres feos, pero es que los que van a las fiestas del PCE son imposibles y por lo que pudimos comprobar aquello tampoco había cambiado nada. Por eso a este tipo de fiestas hay que ir bien provisto de maría, tomarse los típicos mojitos y los minis de cerveza que hagan falta.

"..lega, legalización, cannabis de calidad y barato.." (una de Ska-p)

Ya ambientadas convenientemente, a saltar y brincar como en nuestros mejores tiempos revolucionarios

Revolución, de Ska-p

Y que me decís de esta otra, todo un clásico



El fin de fiesta :

"saltaaaaaa, salta conmigo, digo saltaaaaa, salta conmigo, papapapapapapapapapa"

¡Por qué narices tienen que poner esta siempre al final! nunca he sido capaz de levantar más de 2,5 cm. del suelo.

La tierna Guajira-Guantanamera y esta Princesa del Vértigo decidimos dejar todo aquello en nuestra histórica memoria y volver a la realidad. Esta fiesta rendía homenaje a la II República en su 75 aniversario desde la reivindiación de la memoria histórica. Un día dedicado a los tiempos de atrás no hace daño, pero sería deseable que lo dejaran ahí, en un día, y se dedicaran a resolver los tiempos de hoy.